OVNI, de Elías Calvillo, es un libro de artista desarrollado entre 2018 y 2020. La propuesta conjuga un relato a partir de dibujos originales, la expresividad poética derivada del caligrama y un cierto carácter de álbum fotográfico. Reúne elementos de su propio género, el libro de artista, con algunos otros de la ilustración contemporánea y la narrativa gráfica.

 

De un hallazgo en un puesto de libros viejos se desprende la selección de fotografías noventeras de supuestos avistamientos de ovnis en México, que fueron editadas por el artista para conseguir un halo sci-fi a través de nuevas texturas y tonos. Las fotos se unificaron en una secuencia narrativa en paralelo con las ilustraciones del autor, las cuales construyen la historia central y aportan el elemento ficcional a sus páginas. Se trata de dibujos digitales que nos sugieren comunicaciones entre universos imaginados, con aplicaciones acuarelosas de color y líneas que imitan el trazo manual de lápiz.

 

El primero de esos universos está conformado por un espacio celeste, una constelación en la que varias cabezas angélicas en continuo vuelo hacen de mensajeras. Otro más, parecido a una ciudad, deja ver un templo y un conjunto de seres zoomorfos reunidos, acaso en una ceremonia, que además parecen ser los remitentes de un mensaje oculto y superior. El último nos muestra cuerpos humanos acéfalos y primitivos, que se mueven torpemente y son más bien destinatarios de las correspondencias.

 

El intercambio de mensajes entre los mundos descritos se lleva a cabo en secuencias simbólicas de un código que insinúa coordenadas o mapas para el movimiento de la historia. A su vez, cada secuencia gráfica se carga de significado durante el proceso de lectura y hace que brote su visualidad poética, presente también en los libros anteriores de Calvillo.

 

Esta historia sobre lo desconocido se incorpora a las estéticas de los objetos voladores no identificados y de la ciencia ficción con un particular ánimo de búsqueda permanente, marcado mediante contrastes entre la ilación clara de su contenido y las indeterminaciones o vacíos concedidos al lector. La mirada transita por los dibujos centrados en lo cosmológico y lo anatómico que nos cuentan la historia, compaginados rítmicamente con las fotografías documentales y, de manera continua, se detiene a interpretar la abstracción gráfica de sus textos.

 

Fernanda Marín.